Las palabras que resuelven o no resuelven nada:derechos(violados), libertades (restringidas), alimentos(acaparados), riquezas(elitizadas), verdad(tergiversada), justicia(cegada), humanidad(cosificada), juventud(silenciada), medios(mentirosos), armas(asesinas), representantes(metalizados), gobierno(impopular), familias(atomizadas), leyes(traficadas), educación(distorsionada), realidad(falsificada), salud(enfermada) y conciencias(vendidas).
Nos dice Paulo Freire que "soñamos y trabajamos para recrear el mundo, porque nuestro sueño es un sueño con una realidad menos malvada, menos perversa, en que uno pueda ser más gente que cosa. Pero, al mismo tiempo trabajamos en una estructura de poder que explota y domina. Y esto nos plantea esta dualidad que nos hace mal".
A continuación les presento un trabajo literario de un escritor colombiano a quién ya conocemos por poesías como "Tu cabello es una bandada de chupaflores", "Cuando pasas" o "Ayer por primera vez". En esta oportunidad con un texto en prosa:
Nos dice Paulo Freire que "soñamos y trabajamos para recrear el mundo, porque nuestro sueño es un sueño con una realidad menos malvada, menos perversa, en que uno pueda ser más gente que cosa. Pero, al mismo tiempo trabajamos en una estructura de poder que explota y domina. Y esto nos plantea esta dualidad que nos hace mal".
A continuación les presento un trabajo literario de un escritor colombiano a quién ya conocemos por poesías como "Tu cabello es una bandada de chupaflores", "Cuando pasas" o "Ayer por primera vez". En esta oportunidad con un texto en prosa:
LA MADRE
Jairo Aníbal Niño
Colombia
Jairo Aníbal Niño
Colombia
El hombre bebió con avidez esa sopa tibia y
espesa que le daba la madre y sintió cómo le volvía otra vez la vida al cuerpo.
Hacía varios días que no probaba bocado y había sentido el yerto terror de que
no se estaba muriendo de la herida de bala sino del hambre. Era un milagro que
ella hubiera encontrado algo para comer en ese paisaje de pedregales.
Arriba surgió un punto luminoso. Era un avión volando tan alto que parecía una pelusa desprendida del sol.
La mujer se quedó mirando el avión hasta que se fue del cielo y agregó: "A usted lo necesitan los pobres de estas tierras para que siga la pelea hasta el final. Cuídese mucho. Ya ve que en un pequeño descuido la tropa nos inundó el rancho y tuvimos que agarrar lo primero que topamos a mano y salir en estampida inventando caminos. Ahora regrese y siga al frente de nuestra gente. Me saluda a su tío Florentino y le dice que le entregue los dos caballos. Y dígale a Margarita que se meta con ustedes en el monte."
Los ojos de la mujer se llenaron de lágrimas. Contempló amorosamente a su hijo y sonrió. Luego, poco a poco, se fue muriendo sobre la piedra en forma de medialuna.
El hombre observó la cara transparente de la finada y luego vio la olla de peltre donde había hervido la sopa de color rojo, y vislumbró las dos profundas heridas que tenía la madre en las muñecas.
FIN
La mujer después de darle de comer se recostó en
una piedra que tenía forma de medialuna. El hombre se sorprendió al verla tan
pálida y con las vistas como con fiebre. Quiso acercarse a ella pero la mujer
lo detuvo con una señal de los ojos y dijo: "Me dejaría de llamar Emilia
Sierra si dejara morir de hambre a mi hijo. No lo he parido ni lo he criado
para que se acabe como un perro. Ese gusto no se lo voy a dar a los asesinos
del gobierno".
Arriba surgió un punto luminoso. Era un avión volando tan alto que parecía una pelusa desprendida del sol.
La mujer se quedó mirando el avión hasta que se fue del cielo y agregó: "A usted lo necesitan los pobres de estas tierras para que siga la pelea hasta el final. Cuídese mucho. Ya ve que en un pequeño descuido la tropa nos inundó el rancho y tuvimos que agarrar lo primero que topamos a mano y salir en estampida inventando caminos. Ahora regrese y siga al frente de nuestra gente. Me saluda a su tío Florentino y le dice que le entregue los dos caballos. Y dígale a Margarita que se meta con ustedes en el monte."
Los ojos de la mujer se llenaron de lágrimas. Contempló amorosamente a su hijo y sonrió. Luego, poco a poco, se fue muriendo sobre la piedra en forma de medialuna.
El hombre observó la cara transparente de la finada y luego vio la olla de peltre donde había hervido la sopa de color rojo, y vislumbró las dos profundas heridas que tenía la madre en las muñecas.
FIN
EN ESTE ESPACIO SÓLO COMENTAN LOS ESTUDIANTES DE 10° 01 Y 02